El ecumenismo en la Diócesis de Málaga comenzó a consolidarse hace más de cincuenta años gracias a la visión y entrega del Padre Ramón Delius Holdway, jesuita y primer Delegado Diocesano de Ecumenismo y Relaciones Interconfesionales. Convencido de que era posible superar las divisiones entre cristianos, impulsó el encuentro fraterno entre los miles de no católicos que llegaban y se asentaban en la Costa del Sol.
Nacido en Hove (Inglaterra) en 1921, de ascendencia inglesa, alemana y española, ingresó en la Compañía de Jesús en 1936 y fue ordenado sacerdote en Granada en 1951. Tras servir en Guadix, Marbella y Málaga, en 1970 asumió el cargo de Delegado Diocesano de Ecumenismo, misión que marcaría su vida.
Su mayor anhelo fue crear un centro estable de oración, encuentro y servicio. Así nació Lux Mundi, inaugurado en Fuengirola en diciembre de 1973 con el apoyo de la Compañía de Jesús, religiosas de María Reparadora —incluida su hermana María— y laicos de distintas confesiones cristianas.
Vivió el ecumenismo con pasión: fomentó la amistad entre Iglesias, formó seminaristas y colaboró activamente en la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales. Quienes lo conocieron destacan su sabiduría serena, su amor amplio y gratuito, su carácter firme pero prudente, y su fe profunda. Visionario y fiel al espíritu del Concilio Vaticano II, dejó su huella en el logotipo de Lux Mundi, inspirado en el Faro de Calaburras, símbolo de la luz que irradia hacia Málaga y el Mediterráneo.
Su lema, “Amar, orar juntos y servir”, sigue vivo hoy en la hospitalidad y el diálogo que caracterizan a Lux Mundi.
– Un hombre adelantado a su tiempo